Los genes pueden influir en los casos de depresión

EFE
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Un estudio refleja que, cuando exista una predisposición hereditaria y haya un familiar de primer grado afectado, el riesgo de padecer esta enfermedad mental se multiplica por tres

Los genes pueden influir hasta en los casos de depresión

Los casos de depresión no dejan de crecer en la sociedad actual y ahora se sabe que el riesgo de sufrir esta enfermedad mental aumenta hasta tres veces si algún familiar de primer grado la ha padecido. De hecho, dentro de que este trastorno comprende un concepto muy amplio de variantes, hay un abanico de hasta el 50 por ciento en el que los factores genéticos pueden influir más que los ambientales.

Lo subrayan expertos del Centro de Investigación en Red de Salud Mental (Cibersam) y del Hospital Clínic de Barcelona, con motivo del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, que se conmemoró ayer.

La depresión es un trastorno mental común que, según explica la Organización Mundial de la Salud, implica un estado de ánimo deprimido o la pérdida del placer o el interés por actividades durante largos períodos de tiempo.

La profesora titular de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona e investigadora del Cibersam, Bárbara Arias, subraya que el peso de la genética en la depresión «quizás no es tan potente como en otros trastornos mentales» como el bipolar o la esquizofrenia, pero sí lo hay.

«Los estudios de familia lo que nos dicen es que lo primero que tenemos que ver si hablamos de predisposición genética es si el paciente tiene un familiar de primer grado afectado, porque el riesgo de tener una depresión se incrementa tres veces más», subraya.

El jefe del servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic, Eduard Vieta, incide en que en muchas ocasiones la sociedad puede pensar que la depresión está asociada solo a los factores ambientales, cuando no siempre es así. «La visión más popular e incluso a veces se insiste desde ciertos foros en los factores que todo el mundo entiende mejor, que son los sociales, pero en la depresión dentro de que hay diversas formas de este trastorno, porque es un concepto amplio, hay un abanico de entre el 30 y el 50 por ciento de factores genéticos», abunda Vieta. Es decir, según el tipo, el peso genético es mayor o menor, e «incluso en algunas depresiones este factor está por encima de los ambientales».

En este sentido, el experto destaca que entre la genética y el ambiente, entendiendo éste como el factor social, unido a los factores psicológicos de la persona y a la epigenética pueden «activar o desactivar» los genes.

La investigación

El psiquiatra explica que el último estudio sobre genes y depresión, publicado en 2022 en la revista Nature Genetics, con casi un millón de sujetos, identificaba unos 350 genes.

«Hay un montón de genes que cada uno confiere un riesgo relativamente pequeño, pero si sumas muchos, eso es como comprar lotería: al que tiene más números es más fácil que le toque. Luego a veces le toca a uno, que solo compró un décimo».

En este sentido, abunda en que algunos de los genes identificados se desconoce la conexión que tienen con la depresión, pero de otros sí se sabe. Como ejemplo, cita aquellos implicados en la regulación de la producción de efectos neurotransmisores cerebrales.

«Son genes que nos dan pistas de cosas, algunas que ya sabemos, otras que no. Abren puertas para investigar», agrega Vieta.

La investigadora del Cibersam, por su parte, añade que en los trastornos mentales no hay ningún biomarcador concreto.