Osasuna estará en la siguiente ronda de la Copa del Rey tras superar con facilidad al Chiclana. Los navarros se impusieron a su rival tras una primera mitad en la que dominaron el balón, pero en la que no fueron capaces de generar ocasiones claras de gol. Solo un cabezazo de Raúl García en los minutos finales sería lo más peligroso del equipo pamplonés. Además, el Chiclana dispuso de un saque de esquina en la última acción del primer tiempo, cuyo cabezazo lo atajó Aitor Fernández. Los goles llegarían en la segunda mitad.
Tras la reanudación el control continuó en las botas de Osasuna, aunque en este caso con mayor velocidad a la hora de mover el balón y mucha más profundidad por banda. De esa manera fueron llegando los goles, sumado a las facilidades de un rival que evidenció su inferior categoría. El 0-1 no tardó apenas en llegar. Era el minuto 49 cuando una internada por banda derecha de Iker Benito la culminó Raúl García con un remate de tacón dentro del área pequeña. El 0-2 se produjo casi a continuación, ya que en el minuto 53, de nuevo Iker Benito, en este caso era objeto de falta dentro del área. Fue el propio extremo rojillo quien se encargó de materializar la pena máxima engañando al portero.
Los rojillos no levantaron el pie del acelerador y el 0-3 fue obra de José Arnaiz a los 70 minutos de partido. Otra llegada por banda derecha conducida por Nacho Vidal la finalizó en gol el ex del Leganés con un cómodo remate de cabeza en el palo largo. También con facilidad marcaría después Moi Gómez, que ganó un balón rechazado tras un primer remate de Raúl García. Era el 0-4 y la eliminatoria ya estaba sentenciada, pues quedaban algo más de 10 minutos para el final. En ese tiempo Raúl García anotó su doblete tras otra facilidad de los locales. El delantero osasunista empujaba a gol otro rechazo del portero tras un golpeo de Iker Muñoz desde la frontal.
Así el partido acabó muriendo sin complicaciones y los navarros miran ya al duelo del fin de semana en el Bernabéu. También fue noticia el regreso de Kike Barja al salir desde el banquillo después de una larga recuperación de su lesión.