Presente y futuro. Descaro y personalidad. Desborde y exhuberancia física. Inteligencia y gran toma de decisiones. Pero, sobre todo, espectáculo. Ese mantra manido de que la actuación de un jugador bien puede valer una entrada para ver un partido lo representan fidedignamente tanto Lamine Yamal como Jude Bellingham. Las dos estrellas de España e Inglaterra, respectivamente, con permiso de otros futbolistas de primera talla mundial como Rodri Hernández o Phil Foden. Hoy, en la finalísima de Berlín, se volverán a ver las caras y todo apunta a que se erigirán como las principales referencias ofensivas de los combinados dirigidos por Luis de la Fuente y Gareth Southgate.
El desempeño de los dos cracks durante la competición continental ha sido bien distinto, aunque ambos han impactado de manera decisiva en el camino de sus equipos hasta la gran cita.
Yamal ha utilizado la Eurocopa como escaparte para lucirse ante quienes todavía no lo tenían muy controlado. El extremo del Barcelona, pese a acabar de cumplir ayer 17 años, es un talento sin parangón. Quizás desde Messi en el club culé nadie había irrumpido tan temprano y con tanta fuerza en el panorama futbolístico internacional, demostrando aquello de que la edad es solo un número. Pese a que todavía le faltan números y cifras para llegar a ser un 'top' mundial (lleva ocho goles y 17 asistencias en lo que va de temporada, contando equipo y selección), la desvergüenza que muestra cada vez que pisa el césped es descomunal. Impresiona la cantidad de buenas decisiones que toma para lo joven que es y cómo entiende todo lo que sucede en el terreno de juego. Una madurez inusual.
Su torneo ha ido de menos a más. Siempre fijado en la banda derecha jugando a pie cambiado, ha disputado casi todos los minutos salvo los últimos 27 del partido de cuartos de final frente a Alemania. En su primer duelo en una gran competición continental, ya dejó detalles del fútbol que destilan sus botas. Dibujó un centro perfecto para que Carvajal rematara y pusiera el 3-0 contra Croacia. En octavos frente Georgia, trazó otro envío teledirigido para que Fabián colocara el 2-1 y confirmara la reacción de España y en cuartos, ante la anfitriona Alemania, cedió atrás para la llegada en segunda línea de Dani Olmo, que permitió adelantarse al bando nacional.
Pero la guinda al pastel fue su obra de arte en semifinales contra Francia. Ante las palabras del galo Rabiot diciendo que Yamal «debería hacer más» contra ellos de lo que venía haciendo en la Eurocopa, el atacante lo recortó en dos ocasiones y enganchó un zurdazo maravilloso a la escuadra que supuso el empate. Disputó todo el encuentro y siguió siendo un quebradero de cabeza para la defensa de 'Les Bleus'. Llega a la final con 4.065 minutos en el curso a sus espaldas, pero con la energía de lo que es: un niño adelantado a su tiempo.
La importancia de Jude
Enfrente, Yamal tendrá a un conocido de LaLiga y la estrella del curso en el Real Madrid: Jude Bellingham.
El inglés llega a Berlín tras haberlo disputado prácticamente todo, salvo la segunda parte de la prórroga en octavos frente a Eslovaquia. Se le ha visto exhausto en la recta final de los encuentros, con menos motor del que exhibió a principios de temporada con el club merengue. Pero aun así, sigue siendo determinante para Southgate.
Primero, dio la victoria a los 'pross' en el estreno en fase de grupos ante Serbia con un fenomenal cabezazo. Aunque su momento en el torneo fue la chilena sobre la bocina (minuto 95) contra Eslovaquia en octavos de final. Sin esa diana al límite de tiempo, quién sabe si el cuadro británico no estaría ahora mismo eliminado.
No obstante, pese a no participar en el juego con constancia -defecto de su técnico-, el joven inglés es un peligro permanente por su puntualidad, despliegue, calidad técnica y personalidad. Hoy en Berlín, 'peleará' con Yamal por ser el culpable de decantar la balanza de la gran final.