Más no se pudo perdonar. Esa fue la sensación al término de la eliminatoria. Osasuna y Castellón ofrecieron un entretenido partido, pero no por el número de goles, sino por la emoción de tantas ocasiones falladas que mantuvieron un empate a cero en Copa del Rey, que siempre permite soñar al equipo de inferior categoría. Los rojillos se medían a un Primera RFEF, que con un campo a rebosar de aficionados plantó cara a los navarros en todo momento.
La primera llegada de Osasuna se produjo a los tres minutos de juego, en un envío de Kike Barja al interior del área que Raúl García no logró prolongar en el segundo palo. Los de Pamplona ejercían una alta presión en campo rival, anulando al Castellón e imponiendo su mayor calidad. Rubén García también pudo marcar al cuarto de hora en un saque de falta, cuyo remate lejano lo envió a córner el portero, que parecía haberse confiado. El mayor peligro de Osasuna venía por la banda izquierda, con un Kike Barja muy incisivo y con capacidad de llegar a línea de fondo. En un centro lateral del navarro, la pelota la despejó un defensor para evitar que marcase Raul y a punto estuvo de anotarse en propia puerta. Corrían los primeros 20 minutos de partido.
Casi a la media hora, de nuevo Kike Barja, se hizo con un balón en banda y esta vez jugando hacia dentro, el navarro se sacó un disparo que buscó la escuadra. Más clara iba a ser después la ocasión que protagonizó Rubén García. El 'Joker' ganó una espalda al lateral y tras plantarse dentro del área con el balón, su disparo le salió centrado a las manos del portero.
Ya en la recta final del primer periodo fue Raúl García quien dispuso de nuevas llegadas rojillas. En el 38 recibía un pase filtrado de Brasanac pero el joven delantero envió alto su disparo. Y en el 44 de partido, casi rozando el descanso, un centro de Barja lo cabeceó al larguero en la que fue la mejor ocasión de Osasuna en la primera mitad. Así se llegaría al descanso.
Al paso por vestuarios saltó mucho mejor el Castellón, con una velocidad más y jugando al primer toque, creando peligro por banda y ganando duelos individuales. Eso hizo que en ese tramo inicial fuese Aitor Fernández el jugador más destacado de los rojillos. El meta osasunista salvó a los suyos en un remate franco dentro del área y también el navarro Óscar Gil falló una clara llegada local, con otro remate dentro del área que mandó fuera.
Tuvo que reaccionar Jagoba Arrasate, dando entrada a hombres de refresco como Rubén Peña por Nacho Vidal. Luego serían José Arnaiz y Aimar Oroz los que entrasen en sustitución de Kike Barja y Darko Brasanac. Así, poco a poco Osasuna se fue volviendo a hacer con el control del partido, aunque no daba la sensación de mucho peligro en elaboración. Fue en un robo de Raúl García alcanzado el minuto 73 la forma en la que llegó otra nueva ocasión de los rojillos. El balón del delantero acabó en las botas de Ibáñez y este centró al área, pero despejó la defensa cuando había dos jugadores de Osasuna solos en el segundo palo.
Pasaban los minutos y segía el 0-0, lo que daba oxígeno a los locales, apoyados por su público que metía nerviosismo a los navarros. Entre tanto, Villahermosa mandó un balón al palo en otro arreón castellonense. Por momentos el partido se rompía y el peligro llegaba a ambas áreas. En una de esas, ya en el 84 de partido, Raúl García dispuso de un balón al interior del área que tras controlarlo, lo cruzó en exceso y volvió a perdonar el gol.
Fue en el minuto 88 cuando Jagoba Arrasate dio entrada a Budimir por el propio Raúl, además de a Jesús Areso por Rubén García. Dos cambios pensando en la prórroga que parecía inevitable.
Tras el pitido final ambos equipos afrontaron los 30 minutos extras de partido, tiempo en el que se impondría finalmente Osasuna. Lo hizo en la segunda parte de la prórroga, alcanzado el minuto 107 en una buena ruptura de Areso que finalizó Arnaiz por bajo. El delantero rojillo ofreció un remate raso que con la ayuda del portero significó, por fin, el 0-1 en Castalia. A esa jugada le continuaron dos llegadas más con sendos balones al palo. Primero Moncayola con un saque de falta directa y después Budimir con un remate de cabeza. No aprovechar esas ocasiones permitió que el Castellón contase con una última llegada ya casi fuera de tiempo, pero una jugada embarullada dentro del área favoreció a Osasuna, que acabó escuchando el pitido final con la clasificación en el bolsillo.