La semana pasada la sociedad Anaitasuna convocaba una rueda de prensa con la presencia de su presidente, José Narvaiz; y del entrenador del primer equipo masculino, Quique Domínguez, con la que levantaba la atención de los medios de comunicación. En pleno parón competitivo y sin nada que hiciera prever la noticia, esta parecía ir confirmándose al tiempo que sobre las doce del mediodía jugadores, miembros del cuerpo técnico y demás personas cercanas al equipo y al mundo del balonmano aparecían en la sala y se sucedían los abrazos y los gestos de cariño hacia el entrenador. Minutos después quedaba confirmado, Quique abandonará la disciplina de Anaitasuna a la conclusión de esta temporada.
La sorpresa, no obstante, no era tal para el entorno más cercano del entrenador, puesto que en el seno interno del club se conocía desde hacía unas semanas. Así nos lo desveló el propio técnico en Zona Mixta. "Me lo comunican el presidente y el director deportivo antes del parón, antes del último partido frente a Cangas. Es una sensación un poco rara, porque uno asocia las despedidas al final de temporada, pero a nosotros aún nos queda mucho trabajo por hacer".
Agradece, en cualquier caso, el apoyo y la confianza desde el primer momento. "Siento este equipo muy mío, es normal que haya emotividad porque desde el principio me he sentido muy cómodo y he tenido la confianza del club. Es duro pero también muy bonito porque estos días he recibido una cantidad de mensajes de ánimo que no me esperaba y me han abrumado un poco". Insiste en que se lo pusieron muy fácil, ya desde su llegada en un contexto extraño. "Más allá de la situación en la que llegamos con la pandemia, siempre he tenido la confianza del club, que es algo impagable. En el deporte la confianza es todo, es imprescindible. Llegué cargado de ilusión y de ganas de ir haciendo el equipo mío y de darlo un sello".
Quique Domínguez en el programa Zona Mixta - Foto: NATVAl recordar el camino, asegura que el trabajo realizado y el progreso de los jugadores esta ahí y espera seguir siendo un equipo reconocible estos últimos meses, pero no es solo cuestión de los jugadores el ir mejorando. "Si no sería muy torpe, si en cinco años tú no creces y mejoras. Intento convencer a los jugadores de que se trata de ir creciendo y mejorando, si yo no lo hiciero sería poco coherente e intento no serlo. He crecido y mejorado y la versión de Quique que se va es mejor que la que llegó, pero no como entrenador, como persona. No lo digo como un elogio, si no como un hecho".
De cara al final de temporada, confía plenamente en su equipo y cree que el juego no ha sido justo con ellos en esta primera mitad de temporada. "Nuestra manera de afrontar los partidos y de competir vale mucho más que ocho puntos, que hemos trabajado para conseguir mucho más que esos puntos. Esos puntos son la realidad y es la que tenemos, pero hemos hechos muchos partidos y tramos de partidos muy buenos, hemos hecho méritos para más puntos que esos".
Quique asegura que se marcha satisfecho de Pamplon y que se lleva muchísimas cosas y personas, por lo que no pide más que lo que ya tiene para estos últimos meses al mando. De cara al futuro, no piensa en hacer recesos, si no más bien en una nueva etapa. "Soy entrenador y lo que quiero es trabajar. Estamos valorando opciones y espero que sepamos pronto donde iremos la próxima temporada. Intentaré encontrar un proyecto que me ilusione y me motive tanto como hizo este en 2020 y donde pueda estar tan cómodo"