La nueva PAC ha llegado con abundantes nuevas exigencias que, en condiciones normales, ya habrían supuesto ciertos problemas para los agricultores y ganaderos comunitarios. Pero las actuales circunstancias climáticas, con una preocupante sequía combinada con inundaciones y tormentas puntuales, están haciendo que cumplir con ciertos requisitos se haya convertido en misión imposible para los productores.
En una carta dirigida al comisario de Agricultura de la Unión Europea, Janusz Wojciechowski, COPA (organizaciones profesionales agrarias, OPA) y COGECA (cooperativas) expresan su profunda preocupación por el impacto de las condiciones meteorológicas adversas en el sector agrícola de la UE. Las persistentes sequías y las graves inundaciones han afectado gravemente los cultivos de invierno, la producción de hierba y han retrasado o impedido el cultivo de las cosechas de primavera-verano, lo que ha llevado a importantes pérdidas de cosechas y menores rendimientos. Además, estas condiciones extremas dificultan el cumplimiento de los requisitos y regímenes establecidos por la Política Agrícola Común de la UE, aseguran desde ambas organizaciones.
Los presidentes de las dos entidades señalan que las dificultades experimentadas por los agricultores se ven agravadas por otros factores, como las repercusiones de la guerra rusa en Ucrania, el aumento de los precios de la energía y los insumos, y la inflación. En muchos casos, estas condiciones meteorológicas extremas hacen que sea imposible para los agricultores cumplir con los requisitos ecológicos y agroambientales (condicionalidad y eco-regímenes, fundamentalmente) establecidos por la PAC.
La situación en diferentes países de la UE ilustra claramente los desafíos a los que se enfrentan los agricultores. En Lituania y Letonia, la sequía impide el crecimiento de los cultivos intermedios y la hierba, lo que dificulta el cumplimiento de los requisitos del eco-régimen. Los ganaderos se enfrentan a la difícil decisión de reducir la cantidad de animales o segar los cereales para preparar forraje de invierno. En Bélgica-Flandes, la siembra tardía de los cultivos puede afectar la rotación de cultivos y la cobertura del suelo en invierno. En Austria, la siembra tardía de los cultivos de verano afecta a las medidas agroambientales y climáticas. En España y Portugal, la escasez de pastos y los altos costos de los piensos han llevado a la reducción del número de cabezas de ganado, lo que dificulta el cumplimiento de las cargas ganaderas mínimas. Estos son solo algunos ejemplos de los desafíos que enfrentan los productores de alimentos en toda la UE.
COPA y COGECA subrayan que, debido al impacto de estas circunstancias, muchos agricultores corren el riesgo de perder el acceso a las ayudas de la PAC. Aunque la Comisión Europea ha mostrado disposición para abordar estas dificultades a través de modificaciones caso por caso en los planes estratégicos nacionales, los representantes agrarios consideran que estas medidas no son suficientes para hacer frente a todas las repercusiones. Los agricultores necesitan una certidumbre inmediata sobre las normas que se aplicarán y la igualdad de oportunidades con otros países.
Por eso las organizaciones agrarias europeas y sus cooperativas instan a la Comisión Europea a utilizar las flexibilidades adecuadas en la PAC para 2023 y a adoptar excepciones a nivel de la UE en los requisitos de condicionalidad, los eco-regímenes y medidas agroambientales también para 2024. Estas medidas excepcionales ayudarían a evitar mayores pérdidas económicas para los agricultores que ya están sufriendo las consecuencias de las condiciones climáticas extremas.
Clemencia con el Pacto Verde.
La Alianza UPA-COAG y ASAJA de Castilla y León han pedido a los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea una revisión profunda de los requisitos medioambientales exigidos a los agricultores y a los ganaderos en el contexto del Pacto Verde para que no sean imposibles de compaginar con el derecho «a una renta digna». Estas peticiones de las organizaciones agrarias se han producido con motivo de la reunión informal de ministros comunitarios del ramo con motivo de la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea celebrada en Valladolid esta semana.
ASAJA se ha referido a la propuesta de reducir el 50% el uso de plaguicidas y el 20% el uso de fertilizantes con el horizonte del año 2030, y ha aseverado que «cumplir este objetivo no es posible sin comprometer la viabilidad de muchas explotaciones, sobre todo las de terrenos más productivos de secano y de regadío. La medida restaría competitividad a la agricultura europea en los mercados internacionales y, si se aplicase en todos los países del mundo, pondría más difícil todavía el acceso a alimentos básicos para millones de habitantes», ha aseverado esta organización agraria. Además, pide también a la UE que reconsidere el objetivo de destinar un 25% de las tierras de cultivo a cultivos ecológicos ya que es «un objetivo tan ambicioso que resulta imposible de poder cumplirse».
UPA-COAG ha asegurado que «los continuos ataques que desde determinados ámbitos del animalismo, el veganismo y el ecologismo radical» se lanzan contra la ganadería o el regadío «impregnan de tal manera a los responsables de las instituciones que ya legislan más pensando en estos pequeños colectivos que en los profesionales que producen los alimentos para toda la sociedad». Asimismo, la alianza ha apuntado que «el condicionamiento» de la política agraria que se viene forzando por los responsables de las políticas ambientales puede traer «consecuencias contraproducentes para el medio ambiente de la Unión Europea».