La banca española ya da por descontado que los beneficios que ha obtenido en los dos últimos años en el negocio hipotecario, ante la escalada del precio del dinero por parte del Banco Central Europeo (BCE), han tocado techo después de que escalara hasta el 3,71% en el arranque de 2024 y se mantuviera estable en el primer semestre. Todo hace pensar que la rebaja de un cuarto de punto del pasado junio fue el retorno a la normalización y, aunque en la reunión del guardián del euro de julio el precio no se modificó, sin embargo, todo apunta que a partir de septiembre los recortes serán constantes hasta situarse en el 2,5%.
La entidad que preside Christine Lagarde habla siempre de actuar con mucha cautela en la política monetaria, teniendo en cuenta el objetivo de inflación de Bruselas de un 2% en la eurozona y, sobre todo, contar con los indicadores económicos como la tasa de crecimiento del PIB, incrementos salariales y otros valores importantes.
Sin embargo, el miedo a una recesión en EEUU por querer apurar demasiado los altos tipos de interés y que el pasado 5 de agosto llevó al hundimiento de las principales Bolsas mundiales con el índice Nikkei 225 que cedió un 12,4% en su peor jornada desde octubre de 1987, ha llevado a los bancos centrales a repensar muy seriamente su estrategia para evitar otra crisis global de magnitudes difíciles de cuantificar y a dar un poco de oxígeno a las familias que están ahogadas ante el alto precio del dinero.
En España, por ejemplo, una familia que hasta el pasado septiembre pagaba unos 430 euros en su cuota de hipoteca variable, pasó a abonar en menos de un año más de 710 euros, es decir, 280 más al mes y unos 3.360 euros anuales. Una cifra que explica que la gran banca nacional haya pulverizado sus máximos históricos de beneficios hasta junio, casi un 40% más, mientras los hogares han tenido que ajustarse el cinturón para poder pagar sus créditos vivienda.
En este contexto, el sector reconoció en las últimas presentaciones de resultados del primer semestre que el avance del margen financiero hipotecario ha marcado el pico, precisamente, porque el rendimiento del crédito se está aplanando y anticipó que seguirá deslizándose a la baja en los trimestres venideros por las previsiones de caídas de tipos en la eurozona.
Los economistas explican que, ante la rápida subida de los tipos de interés y su repercusión en las hipotecas variables, una buena parte de las familias se volcaron en amortizar deuda de forma acelerada para limitar el impacto de la escalada del euríbor en sus cuotas. Según las entidades financieras, estos pagos llegaron a multiplicarse por tres y por cuatro frente a lo que venía siendo la pauta habitual.
Actualmente, el rendimiento de la cartera hipotecaria de la banca está perdiendo fuelle. Ha comenzado a estrecharse por la guerra de precios en las nuevas contrataciones y al haberse agotado el traspaso de los créditos variables a fijos en las operaciones antiguas que venía alimentando el margen del sector pese a la inflexión a la baja que lleva dibujando el euríbor desde el pasado mes de octubre.
Ante esta realidad, las entidades son conscientes de que las cifras récord de beneficios de los seis grandes bancos del país (BBVA España, CaixaBank, Sabadell España, Bankinter y Unicaja) no se podrán repetir en el futuro, a menos que lleven a cabo nuevas fórmulas para impulsar sus ingresos.
Cambio de marcha
El sector financiero lleva ya unos años preparándose para esta situación con un cambio de marcha importante que consiste en asegurar sus beneficios con la concesión de hipotecas a tipo fijo. Así, según confirmó la Asociación Hipotecaria Española, solo el 11,7% de los préstamos firmados el pasado junio se realizó a variable puro, es decir, un año máximo de tasa fija, con lo que el 55,3% de los préstamos vivienda se otorgaron a tipo fijo y solo un 30,8% con cuota variable entre uno y 10 años, y el resto se hizo vinculado a la evolución que fije el euríbor en función de la evolución de la economía.
El escenario que se abre beneficiará a los ciudadanos que ya están notando una rebaja en las revisiones de sus créditos vivienda a tipo variable, lo que les permitirá mejorar el ahorro y el consumo.