La consejera de Derechos Sociales, Economía Social y Empleo del Gobierno foral, Carmen Maeztu, ha anunciado este martes en Estella que las obras de la nueva residencia de personas mayores de la localidad, que sustituirá a la actual de Santo Domingo, comenzarán en abril con una inversión de 10,1 millones, una vez finalice el proceso de adjudicación de la obra. El pasado lunes 29 de enero finalizó el plazo para presentación de ofertas. Asimismo, la consejera Maeztu ha señalado que el nombre del nuevo centro será elegido mediante un proceso participativo que se va a poner en marcha próximamente con las personas residentes y la población de Estella.
A propuesta de la residencia Santo Domingo y en colaboración con el Ayuntamiento de Estella, el proceso participativo para elegir el nombre se desarrollará en varias fases: en un primer momento, las personas residentes propondrán 12 posibles nombres. Seguidamente, a través de la web municipal, la población de Estella podrá elegir su preferido. Finalmente, de entre las tres opciones más votadas, las personas residentes elegirán el nombre definitivo de la nueva residencia.
6.263 METROS CUADRADOS Y 65 PLAZAS
El nuevo centro se ubicará en el antiguo albergue municipal Oncineda, en la calle Monasterio de Irache número 11, que ha sido visitado esta mañana por la consejera, la alcaldesa de Estella, Marta Ruiz de Alda, y la directora gerente de la Agencia Navarra de Autonomía y Desarrollo de las Personas (ANADP), Inés Francés, además de personal de este organismo.
La reforma integral de este edificio se prolongará durante un periodo estimado de 24 meses y supondrá la creación de una nueva residencia con 65 plazas, situada en una parcela de 6.263 metros cuadrados y más próxima al centro urbano. De esta forma, la nueva ubicación dejará atrás el emplazamiento actual del centro para mayores, situado en el antiguo convento de Santo Domingo, un edificio que necesitaba una reforma integral para adaptarlo a la normativa vigente y que presentaba dificultades para su adaptación.
Esta inversión está encuadrada en el convenio de colaboración firmado entre el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 y la Comunidad foral para la ejecución de proyectos con cargo a los fondos Next Generation de la Unión Europea mediante la aprobación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España.
Como se ha indicado, la residencia Santo Domingo y el Ayuntamiento de Estella llevarán a cabo un proceso participativo para elegir el nombre del nuevo centro. En un primer momento, la residencia, junto con las personas residentes, propondrá 12 posibles nombres. Seguidamente, a través de la web municipal, la población de Estella podrá elegir su preferido. Finalmente, de entre las tres opciones más votadas, las personas residentes elegirán el nombre definitivo de la nueva residencia.
UNA DEMANDA HISTÓRICA DE LA LOCALIDAD
En su visita a Estella, la consejera Carmen Maeztu ha estado acompañada por la alcaldesa de la localidad, Marta Ruiz de Alda; la directora gerente de la Agencia Navarra de Autonomía y Desarrollo de las Personas, Inés Francés Román; la jefa de la Sección de Inversiones, Obras y Suministros de este organismo autónomo, Ana Barbarin López; y la directora de la residencia de Santo Domingo, Gema Urralburu Alcate.
Tras visitar los terrenos del antiguo albergue de Oncineda, Carmen Maeztu ha presentado en la residencia de Santo Domingo el proyecto del nuevo centro a las personas mayores. La consejera de Derechos Sociales ha reconocido que "Estella llevaba años, o más bien décadas, demandando un nuevo recurso para poder atender a las personas mayores y dependientes con las adecuadas condiciones de accesibilidad, superando las limitaciones que este histórico edificio del convento de Santo Domingo presenta".
En su intervención, la consejera ha asegurado que la nueva residencia "va a proporcionar un nuevo espacio que busca ofrecer a las personas residentes un entorno hogareño, luminoso y amable, facilitando también a las y los profesionales el acompañamiento y atención a las personas usuarias".
"Somos conscientes de la necesidad de apostar por los cuidados, por dotarnos de unos servicios públicos robustos para atender a las personas", unos recursos que deben ofrecerse "en todas las zonas y en todos los ámbitos, dando cobertura a los espacios urbanos, pero por supuesto también a la población rural", ha destacado Carmen Maeztu.
REFORMA INTEGRAL INTERIOR Y EXTERIOR
El albergue es un edificio de 1980 en el que se va a efectuar una reforma integral interior y exterior, manteniendo su actual estructura general y su fisionomía, que intercala zonas edificadas con espacios ajardinados. El grueso de la intervención se encamina a la modificación de la distribución interior, aunque también se va a intervenir sobre el espacio exterior del centro y se va a instalar una nueva envolvente térmica y un acabado superficial que proporcione una mejora estética y funcional. El proyecto ha sido redactado por los arquitectos Germán Velázquez Arteaga, Sara Velázquez Arizmendi, Jesús Ramírez Santesteban, Germán Velázquez Arizmendi, Silvia Mingarro Cuartero y María Goñi Alday.
La residencia va a tener capacidad para 65 usuarios, distribuidos en cinco unidades de convivencia en tres plantas. En cada nivel se destinará una parte a espacios comunes y servicios y otra al espacio residencial. De esta manera, se ha modificado el esquema habitual de los centros de mayores, donde se disponen todos los servicios y actividades en la planta baja y las habitaciones en plantas elevadas. En cuanto a las zonas comunes, el nuevo centro contará con gimnasio, taller ocupacional, servicio de podología y peluquería, zonas exteriores cubiertas y salón de usos múltiples. Los comedores de las distintas unidades incluirán una cocina doméstica que persigue la normalización de la vida de los usuarios para que su llegada a la residencia no suponga una ruptura con sus hábitos anteriores.
En la zona residencial, se ha apostado por una mayoría de las habitaciones individuales, un total de 61 dormitorios de 14,4 metros cuadrados, y se han planteado dos habitaciones dobles de 20,65 metros cuadrados, una en cada planta. En todos ellas se busca crear un ambiente hogareño a través de un mobiliario de tipo doméstico, varios tipos de iluminación (ambiental, de lectura y general) y vistas del exterior desde la posición de sentado. Dispondrán de un sistema de llamada directo al personal sanitario y baño individual accesible. Se pretende crear un espacio agradable y neutro para permitir que posteriormente los usuarios lo personalicen evitando así la sensación de uniformidad, ha informado el Gobierno foral.
ESPACIO AL AIRE LIBRE
La inversión también incluye la adecuación de un espacio exterior que permita a los usuarios disfrutar del entorno natural y de actividades al aire libre. Se han tenido en cuenta las preferencias ocupacionales de los actuales residentes para incluir un invernadero y un huerto urbano. También se va a fomentar, ha añadido el Ejecutivo, el envejecimiento saludable a través de la instalación de un circuito biosaludable con gimnasio al aire libre y un jardín de los sentidos pensado para favorecer la estimulación sensorial y cognitiva.
La entrada principal al edificio, que contará con escalera y rampa accesible, compartirá el vial de acceso con la carpa deportiva Oncineda y la futura pista de atletismo, "lo que aportará dinamismo y vitalidad a la zona y permitirá potenciar las relaciones intergeneracionales". Asimismo, se incluirá una zona de aparcamiento interior.
Con la nueva ubicación se prevé mejorar la calidad de vida de las personas usuarias, puesto que se va a situar en una situación elevada junto a un entorno natural con vistas panorámicas, pero muy próximo al centro urbano.