La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra acoge desde este martes y hasta el próximo 19 de marzo el juicio contra seis acusados de la fabricación ilegal de cerca de 16 millones de cajetillas de tabaco de diferentes marcas, para los que el fiscal solicita doce años y nueve meses de prisión.
En su escrito de acusación, el fiscal considera probado que los procesados, desde al menos septiembre de 2020 hasta el 23 de mayo de 2022, se dedicaron a fabricar cigarrillos, obteniendo la materia prima de otros países europeos, fundamentalmente Italia, para su posterior venta sin autorización.
Los acusados contaban para su actividad con naves en Aldatz, Torres de Elorz y Villava, y otras dos en Guipúzcoa. Asimismo, utilizaban distintos vehículos para el transporte de la mercancía y la realización de funciones de vigilancia, señala el ministerio fiscal.
Tras una vigilancia policial, el 24 de mayo de 2022 se produjo una intervención de la Policía Foral en la granja de Aldatz que dio lugar a la detención de dos de los acusados.
Al día siguiente se realizaron registros en las naves, donde se halló diversa maquinaria industrial, picadura de tabaco, rollos de papel, filtros y vitolas de diferentes marcas, entre otros materiales.
El número total de cajetillas incautadas asciende a 3.069.887, con un valor en el mercado de 15.144.531 euros y la hoja y picadura de tabaco asciende a 30.960.000 gramos con un valor de 2.448.000 euros.
En la nave de Aldatz se ocuparon varios cuadernos con anotaciones que permiten determinar la cantidad de cigarrillos elaborados desde el 29 de septiembre de 2020 al 23 de mayo, ascendiendo a un total de 15.921.000 de cajetillas.
Las cajetillas elaboradas contaban con el cartonaje propio de distintas marcas comerciales como Malboro, LM o Chesterfield.
La deuda tributaria no ingresada asciende a 12.545.312 euros respecto al género aprehendido y de 38.685.752 euros respecto a los cigarrillos elaborados en ese período de tiempo, por lo que la cuota tributaria alcanza en su totalidad los 51.231.065 euros.
Además, en la nave industrial de Aldatz se encontró encerradas a seis personas de nacionalidad ucraniana dedicadas a la elaboración de los cigarrillos.
Los acusados, indica el fiscal, les habían quitado los teléfonos móviles y eran obligados a realizar largas jornadas de trabajo, desde las 6,00 hasta 21,00 o 22,00 horas sin percibir dinero alguno, ni tener días de descanso, habiendo llegado engañados y pensando que iban a realizar otros trabajos y sin haber obtenido autorización de trabajo ni haber sido dados de alta en la Seguridad Social.
Los trabajadores estaban alojados tras un pasillo oculto fabricado con palés que daba acceso a la zona de vivienda. Los espacios creados en la nave interior no tenían sistemas de ventilación natural ni artificial y los sistemas de extracción de aire eran inservibles.
Asimismo, los extintores estaban caducados, las vías de evacuación están bloqueadas por mobiliario desde el interior y mediante candado con llave desde el exterior, por lo que no podían salir salvo que alguien les abriera la puerta desde fuera.
Para el fiscal, los hechos son constitutivos de delitos de contrabando, contra la propiedad industrial, contra los derechos de los trabajadores y de pertenencia a grupo criminal, y pide para cada uno de los acusados un total de doce años y nueve meses de prisión, además de una multa de 50 millones de euros.