El terrible caso de Gisèle Pélicot, la mujer francesa violada por 51 hombres después de que su marido la drogara y dejara inconsciente, está dando la vuelta al mundo. Y no es para menos ante una barbarie de tal calibre, una agresión nunca antes vista ni registrada en el país galo. Sin embargo, puede que la cosa no quedara ahí, ya que la hija y la nuera de la víctima testificaron ayer en el juicio celebrado en Avignon contra el principal acusado y mostraron sus sospechas de si ellas o los nietos habrían podido ser también víctimas de abusos.
La descendiente de Pélicot, Caroline Darian, contó en especial cómo su vida y la percepción que tenía de su progenitor, a quien quería y en quien tenía «total confianza», sufrió un «cataclismo» en 2020 cuando su madre la llamó tras descubrir de manera prácticamente fortuita lo que su marido había estado cometiendo contra ella. «Amaba a mi padre, la imagen del hombre al que creía conocer, quería a este hombre sano, amable y considerado», explicó la hija sobre Dominique Pélicot, a quien considera ahora «uno de los mayores depredadores sexuales de los últimos 20 años».
En la vista ante el Tribunal de lo Criminal de Avignon (sureste de Francia), Darien también fue consultada sobre fotografías de ella acostada y desnuda que aparecieron en los archivos de su padre y en las que al principio ni siquiera se reconocía. «El hombre en quien yo tenía total confianza, que creía íntegro, que respetaba a su hija, que estaba orgulloso de ella, que siempre la había animado, descubrí que en realidad me había fotografiado sin que yo lo supiera, desnuda», indicó al órgano judicial, asegurando que en el momento de las fotos ella estaba drogada, como su madre.
También prestó declaración ayer la nuera de la víctima, de la cual Dominique Pélicot -ya conocido como el Monstruo del Mazan- tenía fotos tomadas sin su consentimiento en el baño de su casa. En particular, ella expresó su preocupación sobre posibles crímenes cometidos por el acusado contra sus nietos, con quienes era muy cariñoso, ya que se quedaban a menudo con él a solas.
Según las conclusiones de la instrucción del caso, Gisèle Pélicot, que tiene ahora 71 años, fue violada decenas de veces entre 2011 y 2020 por decenas de hombres con los que su marido había contactado para que, en una especie de voyeurismo, tuvieran relaciones sexuales con ella, que no era consciente de nada porque estaba bajo los efectos de ansiolíticos.
Las terribles agresiones cesaron cuando, en septiembre de 2020, fue detenido por los vigilantes de un supermercado de la ciudad de Carpentras por haber grabado bajo la falda de varias mujeres. Cuando los policías fueron a analizar su material informático, se toparon con miles de fotos y vídeos en los que aparecía su esposa sin consciencia e indefensa, viéndose los abusos a los que había sido sometida.
La víctima prestó el pasado jueves testimonio y aseguró que quiere que «se sepa todo» para evitar otros casos de mujeres que sufran sumisión química.
pena para los acusados. Aparte del marido, la pena para los otros 50 implicados en la violación podría llegar a los 20 años de cárcel.
El juicio ha causado una fuerte conmoción a nivel global y ayer los abogados de la víctima pidieron que no se hagan colectas online para recabar fondos para Gisèle Pélicot, ya que «no desea ese tipo de apoyo».